Cargas de entrenamiento, identidad atlética e integración de nuevas disciplinas.

El triatlón es una disciplina compleja que parte desde los primeros pasos del atleta principiante, cuando enfrenta su primera competencia de corta distancia, hasta el experimentado que desafía su cuerpo y mente en pruebas como el Ironman. Este deporte requiere una comprensión profunda de la evolución de las cargas de entrenamiento y la identidad atlética para lograr el máximo rendimiento, sin perder de vista el equilibrio en otras áreas de la vida.

Comprensión y manejo de las cargas de entrenamiento

La evolución en el triatlón implica un entendimiento progresivo de cómo las cargas de entrenamiento afectan el rendimiento y la adaptación fisiológica del atleta. En las primeras etapas, el enfoque suele estar en desarrollar la percepción subjetiva del esfuerzo y mejorar la técnica en natación, ciclismo, y carrera. Sin embargo, a medida que el triatleta avanza, la periodización y el manejo de estas, se vuelven esenciales para optimizar el rendimiento y prevenir el sobreentrenamiento.

Es fundamental que el entrenamiento no se vea simplemente como una acumulación de kilómetros o sesiones intensas, sino como un proceso dinámico que tiene en cuenta la respuesta fisiológica del cuerpo, su recuperación, y capacidad del atleta para asimilar las cargas. Herramientas como el control de la variabilidad de la frecuencia cardíaca se han convertido en esenciales para ajustar las cargas de entrenamiento en función de cómo el cuerpo del atleta responde día a día (Nieto-Jiménez et al., 2020).

 

Identidad atlética e integración de nuevas disciplinas

La identidad atlética del triatleta también evoluciona con el tiempo. Lo que comenzó como una pasión por completar un triatlón puede transformarse en una parte central de su identidad. Con el tiempo, muchos triatletas experimentan con la integración de nuevas disciplinas, como el trail running o el esquí de montaña, diversificando su entrenamiento y aportando nuevos desafíos físicos y mentales.

El trail running, por ejemplo, ofrece una forma diferente de desarrollar la fuerza muscular, estabilidad/asimetrías y capacidad aeróbica, factores que son transferibles al triatlón. Incluir estas disciplinas en la planificación semanal puede ser beneficioso para la adaptabilidad y la resistencia del atleta, mejorando así su rendimiento en competiciones de triatlón (Borges, 2020). Además, estas nuevas experiencias refuerzan la identidad atlética al desafiar al deportista a salir de su zona de confort y a explorar nuevas formas de enfrentarse a la fatiga y la recuperación.

Un ejemplo de lo anterior, lo expuse en una reflexión sobre mi experiencia como entrenador (Revisa el artículo aquí) y los métodos no invasivos para controlar la carga de entrenamiento en triatlón y trail running, destacando la importancia de la variabilidad de la frecuencia cardíaca para evitar sobrecargas y lesiones. Propongo la inclusión del trail running o esquí de montaña en los microciclos de triatlón (Revisa el artículo aquí), pues mejoran la fuerza y el rendimiento cardiovascular. Asumiendo que el corazón no distingue entre disciplinas; simplemente responde al esfuerzo requerido. Combinar disciplinas añade variedad y desafío, lo que puede enriquecer la preparación y mantener la motivación de los atletas a largo plazo.

 

Mantener el equilibrio en las otras dimensiones de la vida

A medida que el triatleta avanza en su periodo más competitivo, es importante que no descuide otras dimensiones de su vida. El equilibrio entre el entrenamiento, su carrera profesional, y vida personal es fundamental para el bienestar general. La intensidad del entrenamiento competitivo puede ser abrumadora, y sin una atención consciente a la recuperación y el equilibrio, el riesgo de agotamiento mental y físico aumenta significativamente.

Mantener un enfoque holístico en el entrenamiento, que incluya no solo el desarrollo físico, sino también la salud mental y bienestar emocional, es esencial para el éxito a largo plazo. Este equilibrio permite al atleta no solo rendir mejor, sino también disfrutar del proceso y mantener una relación sana con el deporte a lo largo del tiempo (Maturana, 2019).

Reflexión final

El camino del triatleta es una evolución constante, desde el aprendizaje inicial hasta la competencia de alto nivel. Comprender y gestionar las cargas de entrenamiento, reforzar la identidad atlética a través de la integración de nuevas disciplinas, y mantener el equilibrio en todas las dimensiones de la vida son aspectos fundamentales para alcanzar y sostener el éxito (a través de tiempo) en esta maravillosa disciplina.

Como dijo Humberto Maturana, “el juego no es una actividad que se deja atrás en la niñez; es una manera de vivir, de crear, de descubrir” (Maturana, 1999). En el triatlón, este espíritu lúdico se manifiesta en la exploración constante de límites personales, la alegría de combinar distintas disciplinas, y la capacidad de encontrar placer en el esfuerzo. Mantener viva esta actitud de juego es esencial no solo para el rendimiento, sino también para sostener una conexión profunda y significativa con el deporte a lo largo de la vida adulta. Esta perspectiva nos recuerda que, aunque el triatlón puede ser una disciplina exigente, debe ser disfrutado como un juego continuo que nos permite crecer, aprender y vivir plenamente.

 

 

 

 

 

Referencias:

1. Nieto-Jiménez, C., et al. «Training Load and HRV in a Female Athlete: A Case Study.» Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, vol. 20, 2020, pp. 321-333.
2. Borges, J. L. «Fisiología del Ejercicio y la Alquimia del Rendimiento.» Revista de Ciencias del Deporte, 2020.
3. https://www.linkedin.com/posts/claudio-nieto-jim%C3%A9nez-phd-205673246_corredores-de-monta%C3%B1a-mi-experiencia-c%C3%B3mo-activity-7231499175744409602-LvBs?utm_source=share&utm_medium=member_ios
4. Maturana, H. «La Vida Emocional del Triatleta: Manteniendo el Equilibrio.» Journal of Sport Psychology, 2019.
5. https://www.trichile.cl/?q=El_corazon_no_sabe_si_somos_Triatletas_o_Trail_Runners
6. Maturana, H. R. (1999). «El sentido de lo humano». Editorial Dolmen.